Empieza la nove 1-5 Capitulos

Voy a empezar a subir la novela: Desear un milagro de nuevo. Subire de 5 en 5 capítulos hasta ponerme al día como iba en fotolog. Espero contar con el apoyo de todas y de las nuevas lectoras. Gracias.
Comentarios y preguntas por twitter.
Besitos Bea =)

Capitulo 1: Una nueva vida

Marianella se despertó nerviosa, era el primer día en la nueva escuela, y no quería llegar tarde. Se levantó de la cama y cerrando la puerta con cuidado se dirigió al baño para ducharse. Salió de la ducha congelada, el calentador se había vuelto a estropear. Se puso unos vaqueros claros y una camisa de flores rosas, se peino el pelo, sujetándoselo con una coleta de lado. Se miro al espejo, y contemplo sus ojos marrones oscuros. Allí estaba ella, Marianella Rinaldi, una luchadora nata. Había luchado mucho para conseguir esa beca en el mejor colegio del país, pero lo había logrado. Ahora nada se pondría en su camino, lograría sacar las mejores notas para mantener la beca, y poder tener el mejor expediente para entrar en la universidad. Salió del baño despacio y volvió a entrar en la habitación. Se acercó a la ventana y corrió las cortinas de flores dejando que la luz inundase la habitación. Tenía un cuarto pequeño compartido con su hermana, Aleli, una nena hermosa de siete años. Se acercó a su cama y la despertó con cariño.

Mar: Aleli.-le dijo acercándose a ella.- Es hora de levantarse.

Aleli: Un ratito más.- pidió la niña somnolienta.

Mar: Dale, enana no querrás llegar tarde, el primer día de cole.

Aleli: No, ya voy. – dijo rápidamente levantándose de la cama. A Aleli le encantaban los libros y estaba entusiasmada por poder empezar un nuevo curso.

-Así me gusta, ahora vete al baño, y cámbiate, te deje la ropa preparada.- le dijo dándole un beso en el pelo.

Aleli salió del cuarto y se dirigió al baño. Mar hizo ambas camas abrió la ventana para que entrase la brisa fresca de la mañana y miró su reloj de pulsera. Eran las siete de la mañana, debía darse prisa todavía quedaban muchas cosas por hacer. Salió de su habitación, el pequeño pasillo estaba oscuro y de la cocina salía un rico olor a café, pero antes del desayuno todavía quedaba otra parada. Entró en el cuarto contiguo al suyo. Y como esperaba no se habían levantado. Sus dos hermanos gemelos dormían plácidamente en las literas junto a la cama de su hermano mayor que ya estaba vacía. Cris y Mateo tenían diez años, eran tan distintos por fuera como por dentro. Les encantaba jugar al futbol y meterse con su pequeña hermana aunque los dos la querían un montón.

Mar: Cris, Mateo.-les llamó Mar dulcemente.- Os dije que no os acostarais tarde. – les regaño Mar pero sin poder enfadarse con ellos.

Mateo: No rompas si Mar.-le contestó Mateo desde la cama enfadado por tener que levantarse.

Mar: ¡Que no rompa!- le gritó Mar tirándose sobre él y llenándolo de cosquillas. –Venga, arriba que tenéis que ir al colegio. Y tú deberías darle ejemplo a tu hermano que para eso eres el mayor.

Cris: Mayor, solo por diez minutos.-le contestó enfadado pues no le gustaba que lo tratasen de chiquito.- Y yo ya estoy listo.- mientras se calzaba los zapatos.

Mar: Muy bien, ese es mi rubio hermoso.- le abrazo Mar.-Ahora ayúdame con tu hermano ¿sí?

Cris: Está bien Mar.- le contestó.

Mar salió de la habitación, pero antes de cerrar hecho un vistazo a sus hermanos. Mateo le había escondido la otra zapatilla a Cris y este la buscaba desesperado mientras le tiraba la ropa encima de la cama para que se vistiera.  Hacía tres años que estaban ellos solos, solos pero unidos, se tenían los unos a los otros, eran inseparables y nadie sería capaz de separarlo. Mar aún recordaba aquella triste tarde en la que su vida cambio para siempre. Vivía en una casita pequeña pero acogedora con sus padres y sus cuatro hermanos. Su madre era maestra en una pequeña escuela y su padre tenía un taller de coches. Así los siete eran una familia unida, no tenían grandes lujos pero eran felices. Hasta la tarde del accidente…

Mar entró en la pequeña cocina-comedor Aleli ya estaba sentada desayunando y Rama le preparaba la mochila del cole. Rama, era su hermano mayor tenía 19 años pero ya era todo un hombre. A la fuerza había crecido de golpe, como ella, sufriendo, pero intentando ser fuertes, por el bien de los pequeños. Rama, era la persona que más la conocía, sabía su estado de ánimo solamente con mirarla a los ojos y lo daría todo por ella y todos sus hermanos. A él le debía todo, su apoyo incondicional, sus abrazos en  los días tristes y sus palabras de ánimo cuando más lo necesitaba.

Mar: Buen día Ramita.- se acercó a su hermano y le abrazo por la espalda.

Rama: Buen día, hermosa.-le contestó dándose la vuelta y plantándole un sonoro beso en la mejilla.-Estás lista para tu primer día.- le dijo orgulloso de su hermana pequeña. Rama era el que se había empeñado en que siguiese estudiando a pesar de que Mar ya se había dado por vencida. Ella siempre deseó estudiar medicina, y solo entrando en ese colegio lo podría conseguir y así iba a ser hasta el día del accidente cuando sus vidas cambiaron para siempre…

Capitulo 2: Recuerdos (parte I)

Aquella tarde Mar había salido pronto del colegio, habían suspendido la última hora, así que como su hermano tenía entrenamiento de baloncesto a esa hora, no lo espero y se fue a casa sola. Llegó a su casa la primera. Viendo que no había nadie decidió preparar un rico pastel para cuando llegaran sus padres con sus hermanos. Acabó el pastel y fue a su cuarto a hacer los deberes para el día siguiente si quería entrar en medicina era necesario que sacase la mejores notas  y para eso tenía que estudiar mucho. Estaba estudiando literatura clásica cuando una angustia terrible le invadió el cuerpo. Se levantó preocupada y fue hasta la cocina. No se había dado cuenta pero ya eran las siete de la tarde y sus padres tendrían que haber llegado hace dos horas por lo menos. Recorrió la casa en busca de alguna nota que explicara el retraso de sus padres, pero no encontró nada. Se estaba empezando a preocupar, iba a llamar a Rama para que volviese a casa pero en ese momento recibió una llamada.

¿?-Buenas tardes. Hablo con la casa de la familia Rinaldi.- preguntó una señora al otro lado del teléfono.

Mar: Sí, yo soy Mar Rinaldi ¿qué desea?

¿?Verá soy la profesora de sus hermanos, lo que pasa es que nadie los vino a buscar y ellos están esperando.

Mar: Ah, comprendo, bueno yo voy inmediatamente para allá.

¿?Muchas gracias. Chao

Mar: Chao.- Mar no entendía que podría haber pasado sus padres nunca había llegado tarde a recoger a sus hermanos, pero seguramente se habían entretenido con la profesora de Aleli.

Salió de su casa, agarró su bolso, y cerró la puerta con llave. El colegio de sus hermanos estaba cerca de su casa pero tardaría una media hora en ir andando, por lo que fue hasta una parada cercana para coger el autobús. Cuando llego vio a Cris y Mateo sentados en el banco fuera de la escuela estaban aburridos de esperar. Se acerco corriendo hasta ellos, saludo a la profesora tras pedirle disculpas y se llevo a sus hermanos. No tenía dinero suficiente para que volvieran los tres en autobús por lo que les tocaba caminar. Cuando doblo la esquina de su casa se encontró con algo que no esperaba.

Rama la vio aparecer con sus hermanos detrás, estaba radiante con el pelo suelto, la sudadera roja que le había regalado él por su cumpleaños y nos vaqueros desgastados. Sobro con una mirada para entender que algo andaba mal, tenían una forma especial de comunicarse. Sus hermanos iban detrás jugando con la pelota ajenos a todos. Mar se quedo parada en mitad de la calle, no entendía porque su hermano estaba hablando con un policía y porque sus padres seguían sin aparecer. Rama salió corriendo apartándose del policía que había a su lado, y que le había traído las noticias. Se detuvo antes de llegar hasta ella y la miro a los ojos, los tenía vidriosos, Mar se lanzo contra él y lo abrazó fuerte.

Mar: ¿Qué es lo que ha pasado?- le preguntó Mar preocupada y con un nudo en la garganta.

Rama: Mar…- pero se le quebraba la voz. Cris y Mateo se habían acercado a sus hermanos pero no entendían que estaba pasando. –Yo…

Mar: Dale, Rama, no soy ninguna nena ¡decime que es lo que pasa!-le chillo Mar desesperada.

Rama: Cris, Mateo, no van dentro. Pueden ver dibujos si quieren y Mar preparó un pastel de chocolate.- los chiquitos salieron disparados y entraron en su casa.

Mar: Rama…

Rama: Mama, papa…-pero ya no podía soportarlo más unas gruesas gotas comenzaron a deslizarse por sus mejillas. Mar había visto muy pocas veces llorar a su hermano y sabía que debía tener algún motivo importante. De repente lo entendió todo, el extraño retraso de sus padres, el coche de policía y la angustia que había sentido durante toda la tarde.

Mar: No…- susurró Mar, sollozando se abrazo fuerte al cuerpo de su hermano y ambos se sentaron en el suelo llorando. - ¿Están bien? Dime que están bien.- le suplicaba Mar.

Rama: Han tenido un accidente cuando iban a recoger a los mellis…

Mar: ¿Dónde están, Rama?- Mar se levantó nerviosa, pero Rama la abrazo contra su pecho.

Rama: Ellos, no están Mar.- Algo la inundó, era el dolor más grande que había sentido nunca. Era un dolor que te atravesaba el alma, lo inundaba todo, simplemente no había nada a lo que agarrarse. Sus padres, su apoyo incondicional ya no estaban. Sintió a su hermano llorar junto a ella, y sus mejillas estaban empapadas de lágrimas pero ella ya no estaba allí, estaba lejos, muy lejos, en el único lugar donde ellos todavía estaban, su alma se negaba a aceptar esa pérdida. Vives ajeno al dolor, que puedes sentir, ves el dolor, lo conoces, sabes que está ahí, esperando, al acecho de su próxima víctima pero nunca pensé que podía llegarme así, no de esta manera dejándome sin palabras.

Pero cuando te llega, cuando te golpea la vida y te deja sin aire, eres consciente de lo que tenías y de lo que te han arrebatado.  Pero de pronto algo la golpeo y la hizo volver al mundo real “Aleli”

Capitulo 3: Recuerdos (parte II)

Mar: Aleli…-susurro desesperada.

Rama: ¿Qué ocurre Mar?-le preguntó Rama pues no la había entendido.

Mar: Aleli.

Rama: ¡Qué! Ella no está contigo.

Mar: No, no papa y mama iban a buscarla y luego iban a por los mellis.

Rama: Dios santo no…- exclamó Rama, se levantó y corrió hasta el agente de policía que le había informado de todo.

Rama: Señor, mi hermana iba con mis padres.

Policía: ¿Cómo dice? No me informaron de ninguna menor. ¿Está usted seguro?

Mar: Sí, si mi hermana pequeña.- le respondió Mar.-Tiene cuatro años el pelo castaño los ojos marrones e iba con mis padres.

Policía: Está bien, os llevaré al hospital donde atendieron a vuestros padres.

Rama entró corriendo  a buscar a sus hermanos y los dejo a cargo de una vecina. Él y Mar se subieron al auto de policía que los llevo hasta el hospital. Rama entró corriendo en recepción seguida de Mar.

Rama: Hola, Aleli Rinaldi.- pregunto sin aliento.

Recepcionista: ¿Son familiares?- le preguntó una mujer sin levantar la vista del papel

Mar: Sí somos sus hermanos.- le contestó Mar rápidamente.

Recepcionista: Lo siento, pero el horario de visitas ha terminado.

Rama: ¿Cómo que ha terminado? Oiga somos sus hermanos, ella y nuestros padres han tenido un accidente de coche y los han traído a este hospital.

Recepcionista: les repito que el horario de visitas ha terminado, mañana por la mañana podrán venir a verla si lo desean.

Mar: le estamos diciendo que nuestra hermana está internada en el hospital, tiene solo cuatro años y no puede estar sola.- le chillo Mar desesperada.

Entonces un médico que pasaba por allí, que era justamente el que había atendido a sus padres, y escucho la conversación. Se acerco a ellos.

Recepcionista: Les repito que el horario de visitas ha terminado.- les volvió a contestar la encargada.- Son las normas y no me las puedo saltar.

Medico: Sois los hijos de los señores Rinaldi. – les preguntó el médico que se había acercado a ellos.

Mar, Rama: Sí.- respondieron al unísono.

Medico: Hola, soy el doctor que atendió a vuestros padres, yo lo siento mucho pero ingresaron muy graves pero no pudimos hacer nada por ellos.

Rama: ¿Cómo esta mi hermana?- preguntó Rama, mientras Mar lloraba en sus brazos.

Medico: Ella está bien, tu madre dio su vida para salvarla, solo tiene magulladuras y un brazo roto pero su vida no corre peligro.

Mar: Podemos… verla.- preguntó Mar sollozando.

Médico: Sí seguidme.- os respondió el doctor.- Van conmigo Greta.- le dijo a la recepcionista que os miraba con mala cara.

Recorristeis unos pasillos y entrasteis en el área de pediatría. El doctor os indicó una habitación y entrasteis despacio. Aleli estaba tumbada en la cama, se había dormido por el sedante que le habían administrado para el dolor y tenía un brazo escayolado.

Rama: ¿Cuándo nos la podemos llevar a casa?- mientras acariciaba el pelo de Aleli.

Medico: supongo que le daremos el alta mañana, pero esta noche la tiene que pasar en observación.- te vio llorando desconsoladamente sobre tu hermana.- va a estar bien, no te preocupes.

Mar: ¿Sufrieron mucho?- preguntaste levantando la vista.

Doctor: no, el golpe fue bastante fuerte- te respondió.- lo siento mucho.

Rama: ¿sabe usted que es lo que pasó?

Medico: creo que un camión chocó contra ellos, el conductor iba borracho y no los pudo esquivar.- se paro un momento para que asimilarais la noticia.- El hospital se encargará de todo el papeleo. Pero deberéis avisar a un adulto para…

Mar: no tenemos a nadie, doctor.

Medico: bueno, no os preocupéis ahora por eso. Podéis quedaros esta noche aquí con vuestra hermana, yo avisaré a las enfermeras para que os dejen quedaros.

Rama: gracias doctor. Gracias por todo.

Medico-se acercó a ti.-tu madre llevaba esto.- y te dio la medallita que llevaba tu madre siempre colgada al cuello.

Mar: gracias.- lograste articular.

Desde eso momento nada volvió a ser como era. Pero lo que vosotros creías que era vuestra pesadilla no había hecho más que empezar…

Capitulo 4: Todo.

El reloj marcaba las siete de la mañana, te habías quedado bastante rato hablando por teléfono con Simón y te estaba pasando factura. Remoloneaste unos segundos más en la cama pero al final decidiste levantarte. Era el primer día de  un nuevo curso y tenías una reputación que mantener. Este iba a ser el último año en el Sant Paul College, no tenías ni idea de lo que ibas a hacer en el futuro pero lo que si tenía re claro era que este año iba a ser apoteósico. Eras el chico más deseado de toda la escuela y este año ibas como siempre a marcar tendencia. Fuiste al baño te pusiste tu mejor camisa importada de Italia y unos jeans nuevos que acabas de comprar. Encima de la camisa te pusiste el jersey gris del uniforme del colegio y la corbata a juego con la insignia del colegio.  Te miraste al espejo y sonreíste. Pelo corto, ojos verdes intensos sonrisa rompedora, cuerpo atlético, eras perfecto y lo sabías. Volviste a pasar por tu habitación, agarraste la bandolera y las gafas de sol y bajaste las escaleras de tres en tres hasta llegar al salón donde estaban tus padres desayunando.

Madre de Thiago: Buen día, mi amor.

Thiago: Buen día, ma, viejo.- saludaste a tus padres dándole un beso a tu madre

Padre de Thiago: ¿Cómo andas hijo?- te preguntó tu padre mientras leía el periódico.

Thiago: Bien, hoy empiezo el curso. Es el último año y como somos los mayores supongo que por la noche habrá fiesta.

MdT: Pero, hijo, tu padre y yo nos vamos a Europa esta tarde, tenemos que revisar la nueva colección de invierno.

Thiago: eso me viene perfecto, yo quería pedirle si podía organizar la fiesta para que fuese aquí, en casa, en la pileta. Les prometo que no montaremos mucho follón, será algo tranqui, solo unos cuantos amigos.- sabías que eso era mentira, estabais planeando una muy gorda para el inicio de curso, y como capitán de rugby tendrías que dejarlos impresionados.

MdT: pero amor, hoy es lunes y al día siguiente tienes colegio.

Thiago: pero acabaría pronto y viejo sabes que la primera fiesta del colegio es tradición hacerla en la casa del capitán.

PdT: ¿y quienes vendrían?

Thiago: el equipo, supongo que las animadoras y algunos más de clase.- y pusiste puchero a tu madre sabiendo que siempre cedía.

MdT: está bien, pero no os quedéis hasta muy tarde.

Thiago: si mama, no te preocupes eso no es ningún problema.- sonriéndote y habiéndote salido con la tuya una vez más. -¿Cuánto tiempo van a estar allí?

PdT: Creemos que por unas dos semanas, pero ya sabes cómo es eso del trabajo.

Thiago: Bueno entonces, nos vemos cuando vuelvan.- dijiste levantándote del asiento cogiendo una media luna.- Pásenlo bien.

MdT: Y vos hijito.- dándote un beso en la mejilla.

PdT: Cuidate y no enamores a todas las minas el primer día.

Thiago: Lo intentare, pero con esta facha yo que quieres que le haga.- saliste riendo del salón y te dirigiste a la cochera.

Te subiste a tu deportivo rojo y prendiste la música. Supuestamente no podías tener coche hasta el año que viene, pero papa lo había arreglado todo. Estabas acostumbrado a todos los lujos y este no iba a ser menos. Tus padres eran dueños de la empresa textil más importante de toda Argentina y tenían tiendas repartidas por media Europa y Estados Unidos.

Una casa enorme y carísima, con jardín y pileta, tres mucamas, dos meses en Miami todos los veranos, viajes a Europa y Estados Unidos. Ropa nueva todos los meses, la mejor, la más cara. Todos los aparatos electrónicos que salían al mercado eran tuyos antes que pasara un solo día. Tenías caballos que se usaban para las competiciones o simplemente por capricho
Rugby en el mejor club, campeonatos internacionales, finales en Londres, en Oakland. Los mejores colegios, el mejor country de fin de semana, los amigos, las mejores familias. Una moto antes de los 16, el auto antes de los 18, el jet ski desde que aprendiste a caminar. Fiestas todos los sábados, con el mejor catering, el DJ exclusivo,  para 200 personas. Las mejores minas, las más lindas, las más top, las mejor vestidas.

Y este año iba a seguir todo igual, iba a ser el año perfecto, último curso, el chico más popular de todo el colegio. Tenías a todas las minas a tus pies, las que querías un día y otro, todas deseaban estar con vos aunque sea un rato, tus amigos eran los mejores, los ganadores.  Era el capitán del equipo de rugby. Todos eran unos piratas sin ataduras y viviendo la vida al máximo sin que te importara nada ni nadie. Nunca habías recibido un no por respuesta, siempre obtenías todo lo que querías lo necesitases o no. Y sí, ese eras vos Thiago Bedoya Agüero y vos lo tenías TODO.

Capitulo 5: Responsabilidades

-Mar, quieres dejar de dar vueltas e irte al colegio, vas a llegar tarde.- le dijo Rama porque Mar estaba empeñada en hacerlo todo antes de irse.

-Te he dejado la comida hecha, las habitaciones están ordenadas y el desayuno recogido. No crees que a lo mejor debería ir a un colegio que solo sea por la mañana.

-Mar, ya lo hemos hablado. Es el mejor colegio de la ciudad y te has ganado una beca.

-Sí, pero… podría trabajar por las tardes y…

-Y nada, no quiero que volvamos a discutirlo. Mar, tienes que ir a ese colegio y sacar las mejores notas para ingresar en la universidad.

-Pero Rama, esta mañana ya no quedaba agua caliente y yo te quiero ayudar.

-Por eso no te preocupes, he cogido un nuevo trabajo.

-¡Qué!

-Sí, tu solo tienes que recoger a los chiquititos que salen a las seis a esa hora tu los puedes recoger y a mí me da tiempo a ir al nuevo laburo. Trabajaré por las mañanas en el taller de Juan y por las tardes en una cafetería cercana.

-Pero Rama…

-Pero nada, yo soy el mayor así que yo decido. Mi responsabilidad es cuidar de esta familia y la tuya sacar las mejores notas para tener un buen expediente y un futuro brillante.

-¿Vas a ir todos los días?

-No solo, los martes y viernes por la tarde y los sábados y domingos todo el día. ¿Por qué?

-Porque, yo también tengo un nuevo laburo y no puedo recoger a los chiquis.

-Marianella- te contestó enfadado.- ¡Que te dije!  Además no puedes trabajar tienes 17 años y necesitas mi permiso.

-Va a ser en la biblioteca del colegio, hable con el director y me dieron un trabajo tres días a la semana, no es mucho dinero pero si lo bastante como para ayudarte. Y los horarios coinciden porque son los lunes, miércoles y jueves así que nos podemos turnar para recoger a los chicos.

-Ves, porque te quiero tanto, eres la mejor hermana del mundo.- te dijo abrazándote.

-No, tú eres  el mejor hermano del mundo.- abrazándote.- y ahora vete que vas a llegar tarde al trabajo. Yo los llevo al colegio. Por cierto donde están esos tres diablillos. –preguntaste al reparar que tus hermanos llevaban mucho rato sin dar el follón.

-No lo sé.- te contestó mirando alrededor.- A lo mejor están en el parque de enfrente.

-Vamos.

Salisteis rápido de casa, y los visteis a los tres en el parque que había enfrente de tu casa. No te gustaba que salieran fuera solos porque el barrio era bastante peligroso y Rama se lo había prohibido. Tras la muerte de tus padres, les habían embargado la casa y se tuvieron que mudar a un barrio mucho más pobre pero por lo menos estaban todos juntos.

-Chiquis.- chillo Rama.

-Oh, no, ya la hemos liado.- dijo temerosa  Aleli.

-Todo ha sido idea de Mateo.- le inculpó Cris.

-Callate, tarado.- le respondió Mateo.

-Chicos no pasa nada, pero saben que no pueden salir solos.

-Sí, perdón.-dijeron los tres  a la vez.

-Bueno, nos tenemos que ir al colegio, yo los llevo cojan sus cosas.

Los chiquis salieron corriendo a por sus cosas tu cogiste la bici que tenías aparcada fuera de casa porque tu nuevo colegio estaba muy lejos y no podrías llegar andando.

-Ramita, volveré a la hora de cenar. Recoge tú a los chiquis, Aleli se tiene que bañar y que Mateo y Cris hagan todos los deberes.- le dejaste encomendado a tu hermano.

-De acuerdo disfruta del primer día, ya me contarás.

Cogiste tu mochila y te fuiste caminado con tus hermanos hasta su colegio, los dejaste allí y montada en tu bici partiste hacia tu nuevo colegio, sabiendo que una nueva vida estaba por comenzar…